Mi viaje en la fotografía comenzó en 2017, el año en que llegaron nuestros mellizos, Becky y Moi. Para el Día de las Madres, decidí regalarle a Geaz, una cámara con la intención de capturar cada momento especial de nuestros pequeños. Sin embargo, entre las exigencias de criar a dos bebés, descubrimos que a Geas le apasionaba diseñar escenarios y organizar los sets para tomar las fotos. Fue entonces cuando me entregó la cámara, y lo que empezó como un simple apoyo, rápidamente se convirtió en una verdadera pasión.
Con el tiempo, mi conexión con la cámara creció, y fue inevitable dar el siguiente paso: adquirir nuestro primer equipo profesional. Desde el principio, siempre conté con el apoyo incondicional de mi familia para seguir lo que verdaderamente me apasionaba: capturar momentos únicos.
En 2018, creamos nuestro primer escenario navideño para fotografiar a nuestros hijos, y sin darnos cuenta, pronto teníamos una lista de familiares y amigos que también querían sus propias sesiones. Así nació nuestro pequeño emprendimiento, que lejos de mantenerse pequeño, creció rápidamente. Ese año, nuestro hogar se llenó de risas, fotografías hermosas y clientes agradecidos, lo que nos motivó a abrir un estudio comercial en un centro comercial, donde realizamos sesiones navideñas durante varios años.
En 2024, dimos el salto hacia un estudio propio en Costa del Este, un sueño que nunca imaginamos al principio de esta aventura. Y aunque a veces las mejores cosas no se planifican, este camino ha sido una de las mayores alegrías de mi vida.
Gracias a todos los clientes que me han acompañado a lo largo de los años. Ser parte de sus momentos más importantes es un privilegio que atesoro. Soy el enlace que captura la luz de sus instantes más preciados, y cada sesión es una nueva oportunidad de hacer lo que amo.